Editor(es): Ugo Rondinone.
Autor(es): Bob Nickas, Phong Bui.
Tipo de cubierta: Tapa dura.
Dimensiones: 240 x 310 mm.
Páginas: 228.
Imágenes: 150 colores.
Nacido en 1964, el artista suizo afincado en Nueva York Ugo Rondinone es una de las voces más destacadas de las artes visuales contemporáneas. Utilizando la fotografía, el vídeo, la pintura, el dibujo, la escultura, el sonido y el texto, es un virtuoso de las formas y las técnicas. Rondinone disfruta especialmente desestabilizando las percepciones de los espectadores y perturbando sus certezas mediante el desarrollo de entornos sensoriales sorprendentes. Reorganizando el contenido y los elementos formales a través de un filtro poético personal mientras se inspira directamente en el mundo exterior, envuelve al público en una experiencia sinestésica.
El artista ha desarrollado series muy precisas y repetitivas (esculturas y vídeos de payasos, pinturas acrílicas sobre lienzo, máscaras de goma, esculturas de rostros de aluminio, bombillas de cera de gran tamaño, pinturas rayadas sobre poliéster, esculturas de piedra, pinturas de paisajes en tinta, bodegones de bronce, instalaciones de vídeo y sonido) a través de las cuales explora temas de fantasía y deseo, diversificándose en la literatura y la poesía, el cine contemporáneo y las artes visuales.
Una nueva serie de tres publicaciones documenta extensamente tres de sus series más famosas: las Pinturas de paisajes, las Pinturas de horizontes y las Pinturas de sol. En el segundo volumen dedicado a las Pinturas de horizontes (1999-2011), el artista y escritor Phong Bui recorre la genealogía de las pinturas de rayas desde Barnett Newman hasta Rondinone, mientras que el crítico de arte Bob Nickas examina en profundidad la creación y el significado de la pintura en su obra. Afirma: “Si bien es cierto que Rondinone ha seguido muchos caminos a lo largo del tiempo, ha encontrado formas de que converjan y se alineen, de superponer la abstracción y la representación, la realidad y lo irreal, el artificio y lo sublime. Nunca ha sido posible predecir hacia dónde se aventurará a continuación con los productos de su mente, y sigue siendo así, como sugieren metafóricamente estas pinturas de rayas: un horizonte de eventos sostenido o un punto sin retorno, donde uno nunca puede aprehender el final de la línea”.