Editor(es): Ugo Rondinone.
Autor(es): Lionel Bovier, Morgan Falconer.
Tipo de cubierta: Tapa dura.
Dimensiones: 240 x 310 mm.
Páginas: 316.
Imágenes: 262 colores.
Nacido en 1964, el artista suizo residente en Nueva York Ugo Rondinone es una de las voces más importantes de las artes visuales contemporáneas. Utilizando la fotografía, el vídeo, la pintura, el dibujo, la escultura, el sonido y el texto, es un virtuoso de las formas y las técnicas. Rondinone disfruta especialmente desestabilizando las percepciones de los espectadores y perturbando sus certezas mediante el desarrollo de entornos sensoriales sorprendentes. Reorganizando el contenido y los elementos formales a través de un filtro poético personal mientras se inspira directamente en el mundo exterior, envuelve al público en una experiencia sinestésica.
El artista ha desarrollado series muy precisas y repetitivas —esculturas y videos de payasos, pinturas acrílicas sobre lienzo, máscaras de goma, esculturas de rostros de aluminio, bombillas de cera de gran tamaño, pinturas rayadas sobre poliéster, esculturas de piedra, pintura de paisajes con tinta, bodegones de bronce, instalaciones de video y sonido— a través de las cuales explora temas de fantasía y deseo, ramificándose en la literatura y la poesía, el cine contemporáneo y las artes visuales.
Una nueva serie de tres publicaciones documenta extensamente tres de sus series más reconocidas: las Pinturas de paisajes, las Pinturas de horizontes y las Pinturas de sol. En el primer volumen dedicado a las Pinturas de sol (1992-2012), el crítico e historiador de arte Lionel Bovier ofrece un análisis visual y perceptivo, mientras que Morgan Falconer examina las principales características de esta serie en relación con la obra y la biografía de Rondinone, afirmando que, “Si los círculos tienen una conexión con la biografía de Rondinone, es alegórica. “Un motivo en su obra se vincula a un momento de la experiencia de vida, tal como una parte se vincula a un todo, o como un eslabón de una cadena se sitúa junto a sus compañeros: solo vemos el eslabón que Rondinone decide iluminar, el resto está en la oscuridad”.